El website La Biblia trata muchos temas, desde nuestras limitaciones y debilidades humanas, hasta la naturaleza de la vida, pasando por la sublime magnificencia de nuestro Dios. Mucho más que una lista descriptiva de hechos, la Escritura insinúa la verdad de las cosas -la esencia y el propósito de la creación de Dios-, las cosas que son reales más allá de nuestra interpretación y percepción humanas. the essence and purpose of God’s creation – the things that are real beyond our human interpretation and perception.
Yo leo las Escrituras porque quiero entender quién es Dios y lo que Él quiere de mí. No entiendo del todo la Biblia, pero he ido encontrando a Dios a medida que me adentraba en ésta. Tal vez la forma en que yo conecto con Dios en Su Palabra puede servirte a ti también, si estás luchando por conectar.
Por qué leer la Palabra de Dios
Es frustrante que no podamos comprender plenamente todo lo que leemos en la Biblia, por numerosas razones. A menudo aportamos nuestra mirada subjetiva al texto, lo que puede cambiar el significado deseado. O sacamos el texto de su contexto y acabamos haciendo suposiciones erróneas. Pero a menudo se debe a que nos apresuramos a hojear mientras leemos en lugar de tomarnos el tiempo necesario para reflexionar. Porque lo que queremos es tachar “Leer la Biblia” de nuestra ajetreada lista de tareas diarias.
Podemos solucionar estos problemas. Pero una razón más importante por la que podemos sentir una desconexión con la Biblia es porque nos falta el conocimiento y la perspectiva de Dios. Lo cual puede hacer que la lectura de la Biblia nos parezca un trabajo. Pero Dios nos dice repetidamente que nos sumerjamos en Su Palabra, con deleite, porque necesitamos su conocimiento para tener una comprensión firme de lo que es el cristianismo.
En primer lugar, las Escrituras nos dicen quién es Dios. En segundo lugar, la Biblia nos dice quiénes somos nosotros, y por qué Cristo eligió desinteresadamente morir por nosotros en la cruz. La Palabra de Dios nos da la paz, que necesitamos en un mundo que se siente cada vez más ansioso. Como nos recuerda 1 Corintios 13:12 : “Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido”.
Encontrar a Dios en las Escrituras es para nuestro beneficio. ¿Entonces, cómo podemos captar mejor las verdades de Dios? No hay una manera correcta. Pero lo que sí sé es que “Entrando y saliendo” no funciona con la Biblia. Encontrar a Dios requiere que construyamos el hábito de quedarnos con Él para conocerlo realmente.
Encontrar a Dios mientras persisto
Dios decidió darme una mente de ingeniero. Eso significa que enfoco cualquier tarea o problema desde numerosos ángulos, con varios métodos, mientras busco la mejor solución.
Por eso, cuando leo la Biblia, se me activa la parte lógica del cerebro. No leo sólo una traducción, sino muchas, — ¡y además las comparo! También investigo las palabras en hebreo (contenido en inglés) o griego, para comprender mejor las sutilezas y los matices del texto original. También leo comentarios, sólo para saber lo que piensan los teólogos respetados. Como he dicho, ¡soy un geek! Y sé que tengo mucho que aprender.
Pero puedo ser tan analítico y metódico en mi enfoque que a menudo me pierdo el mensaje global. Es como observar un cuadro con un escrutinio tan concentrado, que sólo puedo ver las pinceladas y las masas de pintura, pero no el tema.
Sobre todo si leo las palabras en silencio en mi cabeza. Mi obsesionado cerebro no sólo filtra el tema general, sino gran parte de la poesía y la belleza de las palabras. O mis pensamientos divagan, o las palabras dan vueltas en mi cabeza, sin tener sentido.
Así que esto es lo que hago: Leo la Escritura en voz alta. Es como si, en el timbre y los matices de mi voz, se amplificara la conmovedora petición de mi corazón anhelante de Dios. Siento una conexión emocional con Dios, y soy capaz de concentrarme plenamente en lo que Él quiere que aprenda.
Mientras pronuncio Su Palabra en voz alta, la presencia de Dios atraviesa mi corazón con una profunda seguridad y certeza. No es una certeza lógica, no es algo que pueda expresar con palabras o captar con mi mente, pero es una certeza, — justa, verdadera y profundamente maravillosa. Yo soy visible. Soy amado. Soy conocido.
Mi alma se abre y soy capaz de captar destellos incandescentes de la magnificencia de nuestro Dios. Mis lágrimas de alegría son la respuesta más verdadera de la gratitud desbordante de mi corazón. ¡Me sorprende que el Creador del universo quiera que lo conozca!
Prueba si te funciona a ti
Esta es mi práctica diaria, por si quieres probarla. Mientras lees la Palabra de Dios en voz alta, imagina que Le oyes hablar. Lee despacio. Saborea las palabras. Conecta emocionalmente con el mensaje. Siempre hay algo que Dios quiere revelarnos, cuando Le damos nuestra pausa para hacerlo.
Discernimos más la belleza inefable de Dios con nuestro corazón abierto y dispuesto que con nuestra mente lógica. Encontrar a Dios se convierte en un acontecimiento sagrado cuando nos adentramos en Su Palabra y Le permitimos que conecte con nosotros. No importa que no lo entendamos todo de primera instancia. Nuestro camino con Dios tiene que ver con nuestro recorrido, no sólo con nuestro destino.
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