Pongámonos primero de acuerdo sobre lo que es la fe. La Biblia no dice: "Desecha tu mente y cree ciegamente en alguien o en algo". Más bien dice: "La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (Hebreos 11:1). Las dos palabras importantes son certeza y convicción, que proceden del conocimiento personal. Tienes fe en que los aviones son seguros, por ejemplo, debido a las normas de la FAA que los mantienen en vuelo. Tienes fe en un padre que te cuidó bien. Tienes fe en que el sol se pondrá y saldrá. Los israelitas pusieron su fe en Dios después de ver a Moisés realizar numerosos milagros.
Nuestra fe en Cristo crece a partir de nuestro conocimiento de él. A pesar de no poder tocarle, oírle o verle, puedes confiar en que te ama y obra por tu bien si llegas a conocer su carácter, su corazón y sus deseos para ti. Este conocimiento te permite acercarte y profundizar en los momentos en que tu fe es puesta a prueba por las dificultades de la vida.
La Escritura nos dice: "Estas pruebas sólo sirven para poner a prueba vuestra fe, para demostrar que es fuerte y pura. Está siendo probada como el fuego prueba y purifica el oro — y vuestra fe es mucho más preciosa para Dios que el oro puro" (1 Pedro 1:7). ¿Cómo estás manejando esos fuegos?
Cada prueba, incluso las que fallas, te están acercando a la confianza en el amor inquebrantable de Dios. Tu fe está permitiendo que Dios transforme tu vida y la de quienes observan tu camino cristiano.
Pregunta: ¿Por qué dice la Biblia que es imposible agradar a Dios sin fe? (Hebreos 11:6)
Pregunta: ¿Qué áreas de tu vida son las más fáciles y las más difíciles, cuando se trata de confiar plenamente en Dios?
Content adapted from Josh and Sean McDowell’s book, Preguntas Profundas sobre Dios y la Biblia.